Debemos definir correctamente el público objetivo de nuestra campaña. De nada nos sirve enviar información a alguien a quien no le interesa, de hecho estas prácticas pueden afectar negativamente a nuestra reputación online.
Debemos ofrecer un valor añadido a nuestro mensaje, un motivo por el cual el destinatario agradezca haber recibido la información. De esta manera no solamente mejoraremos el impacto de nuestra campaña, también influiremos en la percepción de nuestra imagen de marca de cara al cliente/prescriptor/etc.
En todo momento nuestro mensaje debe ser claro y directo. Los destinatarios reciben múltiples correos a diario. Una parte de estos mensajes no eran esperados (publicidad, promociones, notificaciones, etc), por este motivo, el tiempo medio que se dedica a cada email recibido es muy breve. Es vital persuadir al destinatario desde el primer momento y conseguir que dedique un tiempo a leer el correo, de este modo aumentaremos la ratio de conversiones/apertura.
Junto con el punto anterior, el diseño es otro de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando realizamos una campaña de email marketing. Para poder tener éxito en nuestra campaña debemos realizar un diseño intuitivo, en el cual, esté muy claro dónde debe dirigir la atención el lector. Se debe ver simple vista que parte del correo es la principal, la que aportará mayor valor y síntesis del mensaje al destinatario.
Algo que se suele olvidar cuando se realizan campañas de email marketing es el respeto a los destinatarios. Debemos ser cuidadosos y respetar a nuestros destinatarios. Ofreciendo una razón convincente para que nos lean y sigan queriéndolo hacer. Una mala praxis, para incentivar los clicks, visualizaciones, etc., nos puede penalizar severamente. Es por eso que deberemos evitar ocasionar cualquier tipo de confusión o engaño al lector. Unos ejemplos claros son los asuntos confusos, poner todo nuestro email dentro de un enlace, etc. Clicks y aperturas fruto del engaño no conseguirán mejorar el impacto de nuestra campaña. ¿De que nos sirve la visita de un lector que lo ha hecho por error?
Otro aspecto crucial para el éxito de la campaña es escoger correctamente el timing. De nada nos sirve que el destinatario reciba nuestro mensaje un domingo a las 3 de la madrugada. Por eso mismo debemos conocer a nuestro público objetivo. ¿Cuándo revisa el correo? ¿En que momento tiene unos minutos para detenerse a leer nuestro mensaje? Si bien es difícil de adivinar, deberemos basarnos en la lógica y la intuición. Por otro lado, podemos hacer experimentos, enviar nuestros mensajes en diferentes franjas horarias. Estudiar los resultados y observar que franja ha tenido más éxito en aperturas y en conversiones por apertura.
Construir una buena relación con nuestros destinatarios nos va a llevar un tiempo, si bien una primera toma de contacto puede hacer mucho, lo que marcará nuestro éxito es la regularidad. Crear buenas expectativas para los futuros mensajes hará que el lector quiera recibir más información de nosotros. Condicionará las próximas aperturas y la actitud que tendrá el lector al abrir nuestros mensajes.
Posteriormente, deberemos aplicar los aspectos anteriores a la confección y redacción de nuestro correo.
Antes que nada debemos definir el objetivo de nuestra campaña y la estrategia para conseguirlo.
¿Qué queremos conseguir? Y ¿Cómo lo vamos a conseguir? Estos deben ser claros, concretos y realistas, para posteriormente poder medir el éxito de la campaña, detectar errores (Sí, los habrá) y poder encontrar mejoras.
Una vez definidos el objetivo y la estrategia, toca perfilar el público al que va dirigido el mensaje. Este punto nos marcará el formato del mensaje, el vocabulario que usaremos y el trato que ofreceremos. No es lo mismo que nos lea un milenial que alguien nacido en los 70, son públicos distintos y no debemos cometer el error de redactar un mismo mensaje para ambos.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es el momento para definir el contenido del mensaje, no debemos pecar ni en ausencia ni en exceso de información, la justa y necesaria además debemos brindarle al lector la opción de ampliar esta información si es de su interés, con enlaces, videos, información de contacto etc.
La parte más importante de nuestro mensaje, es el “llamado a la acción” o “Call to action”. Debe estar visible a simple vista y accesible a golpe de click. Breves, concisos y autodescriptivos, el usuario debe poder anticiparse a que ocurrirá cuando ejecute el action call. Normalmente son frases que incluyen un verbo como parte central, que describen la acción a realizar. Frases como:
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A parte del remitente, lo primero que verá el destinatario es el asunto del mensaje. Debemos escoger un asunto amistoso, que invite a la apertura, que incite y/o genere curiosidad al lector. Igual que con el action call, debemos ser breves y concisos, evitar asuntos más largos de 40-50 caracteres y más cortos de 20 caracteres.
¿Cuántos han abierto el mensaje? ¿De todos los que han abierto el mensaje, cuántos han ejecutado el call to action?
Medir estas ratios es de vital importancia, pues nos indican si vamos por un buen camino o no. Si estos resultados son buenos, intenta descubrir el porque. Aprende de las acciones que dan buenos resultados
y no te limites a repetirlas, procura mejorar los aspectos mejorables. Si son unos resultados negativos sigue el mismo camino que con los positivos, aprende, rectifica y ante todo sigue experimentando.